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Este es un espacio creado en el año 2008, dedicado a las familias con Niños Talentosos y/o Alto Potencial Intelectual.
Intentaremos acompañarnos, apoyarnos, darnos ideas novedosas para sentir que no estamos solos en este camino de ser padres,tan maravilloso y tan trabajoso a la vez.
Acercaremos información que consideremos importante para compartir con todos ustedes, sean padres, maestros o solo personas a las que les interese este tema,gracias por acompañarnos!

miércoles, 6 de mayo de 2015

ALTO COEFICIENTE, ALTO ABURRIMIENTO

Carolina es considerada “superdotada” por la ciencia, pero eso no siempre le significó felicidad. La historia de alguien a quien desde los dos años le costó “encajar” y tuvo que sobreadaptarse para no sobresalir a costa de su propia frustración.
Por Juliana Mendoza, Rocío Varela y Marisa Vidal Varela.
¿Cómo acompañar a un hijo que a los tres años puede leer, escribir, multiplicar, memorizar todas las banderas del mundo y cuestionar las desigualdades sociales? 
Niños que a los tres años tienen el nivel pedagógico para estar en segundo grado, con compañeros de ocho; que hablan con fluidez de países que no conocen; y duermen poco porque nada parece saciar su curiosidad y su necesidad de incorporar más y más respuestas. “A los tres hablaba de colesterol, de chicos huérfanos, de ecuaciones y de China como si hubiera estado ahí. 
Nos daba información que nosotros desconocíamos y al verificarla descubríamos que era cierta”, recuerda María Gamboa, mamá de una niña con alto coeficiente intelectual que hoy tiene 26 años.
Los niños superdotados exhiben un talento precoz, desde su desarrollo motor, caminan antes, hablan antes, aprenden a andar en bicicletas que les quedan enormes para su edad. Sin embargo, aprender rápido suele agotar a padres y maestros ante su incesante necesidad de profundizar en cualquier tema que les llame la atención. 
Se hace difícil para ellos encajar en un sistema educativo tradicional donde se divide por edades. ¿Qué hacer con un chico de tres años que no puede cursar con otros de ocho y a su vez con los pares se aburre, se frustra e incomoda y termina teniendo problemas de conducta?
La mamá de Carolina recuerda que en sala de dos su hija copiaba los manchones que hacían sus compañeros de jardín cuando en realidad ya podía hacer dibujos complejos. Suponen que lo hacía para encajar, pero que en su inocencia, debajo de cada mancha escribía qué significaba, o qué representaba.


“La mayor dificultad era ver que se aburría y que las maestras se sentían intimidadas, como si mi hija estuviera compitiendo con ellas, y en lugar de redoblar el desafío de interesarla en otros temas o en profundizarlos, la reprendían o la obligaban a repetir cosas que ya sabía, así tuvimos que enfrentar momentos de profunda depresión cuando tenía 12 años”, confiesa María Gamboa. Asegura que la preocupación como padres era ver que le costaba hacer amigos de su edad. Pero al ingresar a la universidad de La Plata, encontró con quienes compartir intereses y desafíos en la carrera de astronomía.
“Creo que cada persona tiene intereses particulares. Todos dan por sentado que si uno es inteligente entonces tiene que hacer algo con las ciencias exactas y fomentan tu aprendizaje en ese sentido, recuerda Carolina”.
El último informe sobre el tema de Queensland Association for Gifted and Talented Children (QAGTC) de Australia, explica que todos estos niños suelen ser despiertos, curiosos y se interesan activamente por su entorno pero son, ante todo, niños con unas necesidades afectivas propias de su edad cronológica independientemente de su nivel de inteligencia. Y que centrarse sólo en su desarrollo cognitivo puede llevarlos a estados de depresión cuando no logran algo.
“Creo que el rol del entorno familiar es fundamental. Conozco casos en los que los padres hacían sentir a un chico “superior” por su coeficiente intelectual y siempre estaban esperando grandes logros de él, lo que le provocaba una sensación terrible de culpa. Sentía que los había desilusionado cada vez que no podía cumplir con esas expectativas -cuenta Victoria Charalambous la hermana mayor de Carolina y agrega- en el caso de Caro, fue muy distinto, mis viejos jamás hablaban del tema, ni la hacían sentir especial, era una más entre cuatro hermanas. A pesar de sus demandas de tiempo y respuestas frente a su interminable curiosidad, le dedicaron el mismo tiempo que a todas nosotras”.
Con frecuencia, necesitan profundizar en todos los aspectos de los temas de su interés y lo hacen con una avalancha de preguntas que pueden resultar agotadoras para los padres e impertinentes para los maestros. Cuando no alcanzan las metas u objetivos que se han propuesto, suelen frustrarse y al punto de abandonar la tarea. La frustración les lleva al aburrimiento y viceversa.
“A los 8 años encontró el informe donde aparecía su coeficiente intelectual y me preguntó qué significaba eso. Le respondí que sólo era un número, que lo que ella quisiera ser en la vida no dependía de esa cifra, sino de que se esforzara por conseguir lo que quería”, sintetiza Gamboa.
Los especialistas en psicología de altas capacidades del Centro Kepler de Barcelona plantean que estos niños, pese a sus altas capacidades de comprensión del entorno social, pueden sufrir cierto rechazo por parte de otras personas, pero que lo fundamental es que no haya diferencias en el trato intrafamiliar. 
Aseguran que la disciplina y los límites deben ser las mismas que con cualquier otro hijo. Cada niño es diferente y eso también ocurre con los niños superdotados. Cada uno requiere de atención, afecto y contención.
“Tener un alto coeficiente intelectual no significa nada a menos que uno haga algo con eso que se tiene. Si uno es “súper inteligente” pero se queda tirado en la casa mirando la tele y no ejercita su cerebro no va a lograr nada.
 Creo que falta alguna institución que acompañe a los chicos, que los ayuden a desarrollar la creatividad, en el arte, la escritura, en las matemáticas; todo, para no encasillarlos”, sentencia Carolina, que con 26 años es astrónoma egresada de la Universidad de La Plata y está terminando un proyecto de investigación en busca de una beca del CONICET.

1 comentario:

Juan dijo...

Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, mi nombre es Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otra, todavía busqué un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor entorno, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128

Lecturas interesantes

  • http://www.vocesenelsilencio.org.ar/modules.php?name=News&file=article&sid=1754 "PROTECCION INTEGRAL DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS"
  • http://www.dsguatemala.edu.gt/bibliokinder/4agresividad.htm
  • http://www.revistanueva.com.ar/numeros/00904/nota/2
  • http://www.nuestrasmanos.org.ar/Sugerencias/Secciones/Educaci%F3n.htm
  • http://www.sentirypensar.com.ar/modules.php?name=News&file=article&sid=133
  • http://www.geocities.com/Athens/Agora/3938/ninos-int.html#INTELIGENCIA
  • http://www.rionegro.com.ar/arch200605/21/v21f02.php
  • http://www.angelfire.com/planet/talentosos/page8.html
  • http://www.educared.org.ar/entrepadres/seccion03/03/index.asp?id=721
  • http://www.revistanueva.com.ar/numeros/00904/nota/2